Relatos
Las personas que escriben a menudo se enfrentan a una curiosa dualidad. Por una parte desean fervientemente dar a conocer sus escritos, que sean leídos y admirados. En confrontación directa con ese deseo se encuentra el temor, el miedo. ¿Gustará lo que escribí? ¿Será realmente un texto que vale la pena leer?
Más allá de este dilema existe una verdad, que si bien no es absoluta, postula con fuerza para serlo. A un escritor se le valora por su obra. Así que la decisión de adentrarse en el círculo de la escritura más allá de una simple afición conlleva tal aceptación.
Dicho esto, es lógico deducir que el mejor modo de conocer a una persona que escribe es leer sus textos. Por ese motivo en esta sección se pueden encontrar algunos relatos salidos de lo más profundo de mi mente. Cada persona es libre de juzgar si son o no de su agrado. Lo único cierto es que si aquí aparecen es porque conservo un grato recuerdo de los mismos.
La discoteca
La primera pesadilla